jueves, 29 de diciembre de 2011

LA KATATIPIA, una chorrada de invento.

   Menos mal que algunos inventos no prosperan. El que aquí presento se merecería un puesto destacado entre las mayores tonterías ideadas para la imprenta que por suerte nunca llegaron a los talleres.
   El inventor se llamaba Manuel Iradier y Bulfy, había nacido en el País Vasco (Vitoria 1854 - Valsaín 1911) y fue durante buena parte de su vida un intrépido explorador. En sus viajes al África ecuatorial realizó estudios de biología, geografía y etnología, además de sentar las bases políticas de la actual Guinea Ecuatorial. Era por tanto un hombre de acción, valiente, ingenioso y de espíritu libre. Tras su etapa aventurera, lo único que parecía darle libertad era su imaginación y llegó a patentar unos cuantos inventos que por culpa de su escaso sentido práctico nunca prosperaron.
   Asentado en Madrid tras su experiencia africana parece que se apasionó por la imprenta y para ella ideó dos sistemas a cual más inútil, un sistema para obtener estereotipia usando arcilla y la Katatipia que según dice la patente nº. 11.999 publicada en el Boletín Oficial de la Propiedad Intelectual e industrial el 13 de septiembre de 1893 era: “un procedimiento que consiste en disponer tipos para la impresión con caracteres o signos múltiples y asociados en una sola pieza, los cuales sirven para abreviar la composición en el arte de la imprenta”, he aquí la caja Iradier lista para su uso, que cómo se puede ver era muchísimo más práctica que las convencionales, ¡dónde vamos a parar!.

   El extenso manuscrito en el que expone los términos del problema de la composición letra a letra y la solución del mismo mediante la fundición de pares de letras es tan farragoso como el propio invento, él afirmaba que no solo mejoraba el penoso trabajo de los cajistas, sino que reducía el tiempo necesario para la composición de un texto a la mitad.
   Haciendo caso a la noticia aparecida en la pág. 435 de la Revista Bascongada de enero de 1895, para demostrarlo llegó a fundir los tipos y fabricó la caja que había de contenerlos y llevó el material a varia imprentas de Vitoria para realizar un ensayo. Según afirma el autor del artículo, el trabajo de seis cajista, con esta nueva caja era realizado por cuatro y la labor de un cajista en la que antes tardaba seis horas en terminarla, con este nuevo sistema empleaba solo cuatro, es decir, entre el procedimiento inventado por Gutenberg y el de Iradier había una ventaja del cincuenta por ciento. No aclara el texto cómo pudieron aquellos cajista vascos aprender tan rápidamente este “sencillísimo” y nuevo sistema que a mi, solo con mirar la caja, se me antoja un “pelín” complicado. Termina el autor del texto diciendo que si Iradier pudo vencer los obstáculos, fatigas y peligros de sus exploraciones en África, ¿como no iba a tener fortuna con tan maravilloso invento?. Y no fue por falta de perseverancia, pues llegó a contar cómo socio, ni más ni menos que con el mismísimo dueño de la Fundicion Tipografica Richard Gans con quién llegó a firmar un acuerdo de explotación del invento.
    Cómo decía al principio, menos mal que algunos inventos no prosperan, aunque en este caso quizás le debamos al fundidor austriaco, con algo más de luces que nuestro inventor, que el mismo nunca viera la luz. Gracias Richard. 

martes, 20 de diciembre de 2011

EL APRENDIZ DE IMPRENTA

   Pedir el aguinaldo era una costumbre típica de la navidad hasta hace pocos años. Las personas que diariamente se encargaban del reparto de mercancías, correspondencia, recogida de basura  y sobre todo los aprendices de cualquier especialidad profesional, aprovechaban estas fechas para obtener un dinero extra con el que poder realizar algún dispendio que de otra manera les sería imposible. Los aprendices de imprenta no podían ser una excepción, eran ellos los que disponían de los medios apropiados para confeccionar unas tarjetas mucho más originales y bonitas que las realizadas por el resto de aprendices. Las aquí reproducidas se imprimieron en épocas diferentes pero sin duda su intención fue la misma, obtener dinero de los clientes de aquellos talleres. Y en la más antigua, con el declarado objetivo de comprar los ansiados productos navideños "Turrón, Pavos y Jamón", vamos, lo más parecido a una comida de empresa de la época.
Ahora que ya nadie utilizan las tarjetas de aguinaldo y los aprendices hace años que desaparecieron de talleres y oficios, he pensado dejar testimonio de aquellos personajes, fundamentales en los talleres de imprenta, y que en su tiempo eran conocidos como Diablillos de  imprenta, y que para su desgracia siempre fueron objetos del desprecio y burlas por parte de maestros y oficiales, quienes continuamente se quejaban de su holgazanería y embustes, cuando la realidad de su miserable vida, durante el periodo de aprendizaje, era muy distinta.
   Parecería lógico pensar que los aprendices de imprenta, ya que estaban destinados a vivir rodeados de libros y manejando letras, tuvieran algo de cultura, pero en la mayoría de los casos, y sobre todo a partir del siglo XVIII era todo lo contrario, pertenecián a familias con escasos medios económicos y culturales (hacía años que habían dejado de acudir a las imprentas los hijos de letrados, abogados o personajes ilustrados). Aquellos niños de once o doce años eran los primeros en llegar al taller a las seis de la mañana para barrerlo y limpiarlo, luego debían de lavar las formas con los moldes de letras y tenerlo todo ordenado para cuando, a eso de las ocho de la mañana llegaban los oficiales, era entonces cuando comenzaban a realizar todo tipo de trabajos: limpiar las cajas, recoger las letras caidas al suelo, traer y llevar las pruebas de imprenta a los autores, ir en busca de los originales y estar a lo que mandara el maestro y el resto de oficiales, desde su almuerzo a cualquier ocurrencia.

   Como estos pequeños habían sido llevados a la imprenta por sus padres para aprender un oficio con el que vivir el resto de sus vidas, no puede extrañarnos que de los cuatro años que duraba el aprendizaje los dos primeros fuera su familia la que se hacía cargo de alimentarles y vestirles, al tercer año, ya comenzaban a recibir alguna propina o pequeño sueldo, entonces el maestro les dejaba acercarse a las cajas para distribuir las letras empastadas o componer pequeñas esquelas de convites o cosas de poca importancia que, por la cuenta que le traían a sus orejas, procuraban hacer bien, y de este modo, con la práctica, ir aprendiendo, progresando en sus conocimientos y aptitudes que llevaría al maestro a destinar a los más aplicados en el conocimiento de lectura y escritura al oficio de cajista y al resto a la impresión, ya que este oficio, hasta la mecanización de las prensas, requería más fuerza que inteligencia.

   Durante bastantes años esta fue la única manera de aprender el oficio de impresor. ¡Menuda suerte la nuestra!.

Felicitación de Navidad


Que mis felicitaciones de Navidad tengan un poema, es por la sencilla razón de que siempre he aspirado a ser poeta, pero para escribir versos no basta con el deseo. Yo lo intento, pero no es fácil conjugar corazón con oficio.
Dionisia García, por la que siento una sincera admiración y cariño, por el contrario si que saben expresar con las palabras exactas lo que a mi me gustaría deciros.

“Te doy mis ojos húmedos de letras;
no tengo más haber que esta andadura
ni más bagaje que mis pensamientos”.
(Mnemosina - 1981)
Ahora las letras que conforman mis poemas son de plomo y las escribo en el papel con una prensa Bostón a golpe de palanca, se puede pedir más…
Desde la Imprenta Artesanal MARVEL, queremos desearos una Felices Fiestas y un maravilloso año 2012.

lunes, 19 de septiembre de 2011

La Imprenta MARVEL en el programa TESIS

Las entradas de este blog, sin duda, podrían enmarcarse dentro del género epistolar, ya que muchos de los textos los escribo en primera persona y están dirigidos a una lectora o lector (que en este caso eres tú). Unos escritos que aspiran, en el mejor de los casos, al género ensayístico, pues mi intención siempre es escribir algo más digno que una simple carta. Es decir que, en muchas de ellas verás que hablo de mi mismo o de mi trabajo, acaparando el monopolio temático con mis opiniones, sentimientos, experiencias o conocimientos, dicho de otro modo, lo opuesto a lo que Nietzsche definió como la refinada hipocresía de no hablar nunca de uno mismo. Como habrás ya deducido, en esta entrada voy a hablar nuevamente de la Imprenta MARVEL, lo que no deja de ser (hipocresía aparte) un contorsionista ejercicio de mirarme el ombligo.

El otro yo de la Imprenta Artesanal MARVEL es, para quién aun no lo sepa, GRÁFICAS MARVEL, un acrónimo formado por los apellidos de mis padres Emilio Martínez y Rosario Vela, nombre que fue el elegido por ellos para denominar el taller de imprenta del que, a partir del año 1963, salieron los primeros trabajos impresos, realizados con los mismos tipos y las máquinas con las que ahora yo realizo mis proyectos tipográficos artesanales, el mismo desde el que mi hermano Emilio, como gerente, hoy en día continua realizando impresos en la vertiente comercial, pero sin perder de vistas los tipos metálicos.

Con mi padre hablando de antiguos impresos
Con motivo de un curso titulado: La crisis y reinvención de las profesiones con P (rofesores, eriodistas, ublicistas, imPrenteros) que del 22 al 26 de agosto de 2011 se ha desarrollado en la sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía en Baeza, la productora del programa TESIS de Canal Sur 2 se puso en contacto con nosotros para conocer de primera mano cómo GRÁFICAS MARVEL ha sabido “reinventarse”, logrando adecuarse a los nuevos tiempos de la era digital sin perder en ese camino su esencia, trasformando, en lo que a la imprenta tipográfica se refiere, el antiguo oficio heredado de Gutenberg en una nueva y original manera de expresión plástica y artística.

Mi hermano Emilio es el continuador de la antigua imprenta
De este modo los utensilios, herramientas y máquinas de nuestra imprenta, así como las personas que forman parte del pasado y del presente de GRÁFICAS MARVEL y de la Imprenta Artesanal MARVEL, han quedado inmortalizadas en el reportaje que la productora malagueña CEDECOM realizó para este programa de la televisión pública andaluza y que aquí os dejó.  


O desde la página de la productora en alta calidad.  
http://www.cedecom.es/cedecom-ext/noticia.asp?id=1406

jueves, 5 de mayo de 2011

Los últimos románticos que trabajamos con Tipos de Plomo

«Las experiencias hay que dejarlas reposar un poco para aprender de ellas » 
Lucila Aragó. Socióloga.
     
       La euforia que provoca una buena experiencia es un estado de ánimo tan pasajero, desaparece tan pronto, que la primera intención es dejarlo todo registrado con el vano intento de poder evocar, pasado el tiempo, con la misma intensidad las emociones vividas. Sin embargo, en esta ocasión, me recomendé dejar pasar unos días, los suficientes, como para que la ebriedad pasase y las cosas las viera tal como fueron.
Hasta los "ángeles" se animaron con los tipos.
        Pese a todo, la sensación de disfrute de los días vividos durante el  I Encuentro de Impresores Artesanales en Santillana del Mar no se diluye con el paso de los días, por el contrario se afianza. Algo, sin duda, maravilloso.
La ciudad escogida no podía ser mejor escenario. Las solitarias calles de la vieja villa de Santillana del Mar cuando la luz de una mañana de abril tímidamente asoma, son realmente impresionantes. Es inenarrable la visión de las antiguas piedras de la Colegiata doradas por los primeros rayos del sol.
Por suerte para nosotros, la lluvia dio una tregua durante los días que duró el encuentro, lo que facilitó el que el público pudiera asistir (no con la afluencia deseada) a todos los actos programados. Actividades que no se habrían llevado a cabo sin la osadía de los organizadores, el restaurador Giuliano Camilleri  (director del festival) y el impresor/librero Alastair Carmichael (responsable del encuentro), a ellos pertenece el mérito de haber logrado reunir, por primera vez en España, a un grupo de impresores artesanales que tenemos en la letra de plomo nuestra seña de identidad.

©  Luis Palomeque Diario Montañes

Como no es mi intención hacer una aburrida descripción del intenso programa de actividades que entorno al libro se realizaron durante este evento si diré que, en lo referente al Encuentro de Impresores, las conferencias, charlas, mesas redondas, etc. se desarrollaron como cabía esperar; despertando, unas más que otras, la curiosidad entre el público asistente hacia todo lo relacionado con el antiguo y casi desaparecido oficio de la imprenta: su historia, las vivencias personales, la profesional, la técnica, e incluso la poesía tuvo su espacio durantes los cuatro días que duró el mismo.

© Eva Mercadal
Pero, sin lugar a duda, lo que atrajo la atención de público y participantes fueron los talleres y la muestra de trabajos tipográficos, llevados acabo en el Palacio de Peredo Barreda y el  Museo Regina Coeli respectivamente.
En los primeros, las personas que se acercaron pudieron descubrir y conocer los rudimentos básicos de la imprenta con plomo, desde la composición manual a la impresión con una pequeña prensa “Bostón”, y una toma de contacto con las técnicas artesanales de este oficio que hoy continuamos desarrollando los impresores artesanales. Y sobre la exposición/venta de trabajos tipográficos resultaba interesante descubrir las reacciones del público tras la necesaria explicación de cómo habían sido realizados los libros o trabajos tipográficos. 

© paulo.camblor@olsenproje
En cuanto a mi participación diré que el taller “Imprimiendo a Mano” resultó de lo más interesante y ameno para los participantes, el mismo fue un “aperitivo” ante las posibilidades de expresión plástica que los tipos de madera tienen para los diseñadores gráficos, artistas, profesores y aficionados en general. Fue maravilloso contemplar como a un titubeante inicio siguió una “locura” impresora en la que todos y cada uno de los participantes desarrollaron su propio discurso visual, con la sola utilización de tipos de madera y tinta aplicada a mano, sin necesidad de maquina alguna. El apoyo y la ayuda de mi amigo y maestro impresor Emilio Sdun, propició que todo saliera a la perfección, siendo muy interesante la demostración que nos hizo a todos con una pequeña “sacapruebas” de su propia invención, confeccionada con una tabla de cortar y un rodillo de estirar masa, algo que casi todos tenemos en nuestra cocina.

Participantes en el taller "Imprimiendo a Mano"

Si algo me quedó claro tras el encuentro, son lo diferentes discursos que manejamos los impresores para realizar nuestros trabajos, y que podríamos resumir en tres: los que realizamos libros tipográficos, los que hacen libros de arte y por último los que utilizan la tipografía para realizar objetos visuales.  
Por último no quiero dejar pasar la ocasión para reconocer la amabilidad y cariño demostrado tanto por Alastair Carmichael como por su mujer Carmen Alonso (ahora ya amigos) que me abrieron su casa de Lloreda de Cayón y, cómo no, a todos los libreros e impresores que durante esos días compartimos aficiones e ilusiones, Gracias por todo. Ojalá el año que viene se repita, en Santillana o, quién sabe, si en Alcalá la Real.

Aquí os dejo algunos link que mencionan este primer encuentro:

martes, 12 de abril de 2011

El último impresor...

Supongo que estaréis de acuerdo conmigo en lo desafortunado de la vieja cita cervantina "que hablen de mí, aunque sea mal", sobre todo, si uno no forma parte del mundo del espectáculo o el "amarillento" famoseo.
Para los que hacemos las cosas con pasión y sobre todo amor, ni siquiera es importante que hablen de uno, ya que el trabajo realizado habla por si solo.
Pese a lo dicho, lo cierto es que no todos los días aparece uno en la prensa, son demasiadas noticias las que genera el planeta como para que el trabajo de un impresor artesanal reclame la atención de los periodistas. Pero como todo en la vida, hay excepciones y en este caso se llama Andrés Cárdenas.
Él es el periodista que firma un artículo, publicado en el diario IDEAL sobre el trabajo que en la intimidad y sosiego del taller hago y sobre el que yo pensaba despertaba poco interés. De modo que cuando el tema es tratado con tanta amabilidad y afecto, la cosa es de agradecer.
Se intuye en su texto que él es un nostálgico de la imprenta. En mi caso no es nostalgia, yo recuerdo bien como era el oficio antes y no quiero que regrese. Lo que quiero es que no desaparezcan las letras de plomo, ni las prensas de mano, para con ellas hacer algo nuevo y sobre todo diferente.
Espero que os guste.

miércoles, 6 de abril de 2011

II Festival ARTE LIBRO de Santillana del Mar

Como aquellos primeros impresores del quinientos, me voy con la imprenta "a cuestas" a Santillana del Mar. La amable invitación recibida para participar en la edición de este año no podía ser rechazada. Los amigos a los que espero saludar y reencontrar se lo merecen, pero sobre todo es por el lugar, ¡quién no quiere volver a pasear por Santillana!.


El responsable de que coja los bártulos y me meta "entre pecho y espalda" los 900 kilómetros que separan Alcalá de Santillana la tiene el impresor inglés Alastair Carmichael, quién desde su imprenta/librería de Lloreda de Cayón (Cantabria) ha sido el responsable de que, por primera vez en España, un grupo de intrépidos y románticos seguidores de Gutenberg nos reunamos para demostrar, en plena era digital, que se sigue imprimiendo con plomo. Un hecho de especial significación cuando vemos como las nuevas tecnologías electrónicas han puesto en peligro de extinción a este antiguo oficio, el mismo que fuera esencial en la vida cotidiana de nuestras ciudades durante siglos.

En esta tarea andamos más de uno, empeñados en poner en valor lo que las nuevas tecnologías enviaron a la chatarra, aquellas máquinas y utensilios con los que hasta entonces se habían realizado los trabajos en la imprentas las estamos recuperando y haciendo con ellas una nueva forma de manifestación artística, en la que la huella dejada por el tipo de plomo en el papel, sea su seña de identidad.

Con este objetivo nos vamos a reunir, del 14 al 17 de abril, en el II Festival Arte Libro de Santillana del Mar (Cantabria). Un encuentro que va a ser el primero que se celebre en España de “Private Press” y en el que los pocos impresores artesanales que estamos en activo vamos a poder mostrar nuestros trabajos, así como enseñar al público asistente como se imprime con tipos de plomo. Para esto último, el maestro tipógrafo Pepe Andrade, de la Imprenta Sur de Málaga, impartirá un taller de imprenta tipográfica y por mi parte uno que, con el título de "imprimiendo a mano", pretende demostrar que también se puede imprimir con un puñado de letras de madera, una poca tinta y la sola ayuda de las manos, sin necesidad de unas máquinas que hoy son difícil de encontrar y más aún de manejar.

Seguro que en Santillana no estarán todos los que somos, pero casi seguro que si seremos todos los que estamos imprimiendo ahora. Emilio Sudn de Prensa Cicuta de Almería, Pepe Andrade de la Imprenta Sur de Málaga, Paco Cumpián desde su imprenta/editorial El Árbol de Poe, también de Málaga, José Manuel Martín desde su taller de Ediciones de la imprenta, en la antigua Gráficas Almeida de Madrid, Alastair Carmichael desde su imprenta/librería de Lloreda de Cayón en Cantabria y yo representando a la Imprenta Artesanal Marvel de Alcalá la Real (Jaén). De los que conozco, solo faltan Lola Espinosa de Oficio en Burjasot (Valencia) y José Bonifacio Bermejo de la Imprenta Artesanal del Ayuntamiento de Madrid para completar el grupo.

El hecho de que, por primera vez en España, nos reunamos un grupo de impresores artesanales que han retomado el oficio de Gutenberg desde una perspectiva artística y que creen que el futuro de la IMPRENTA TIPOGRÁFICA como patrimonio cultural, que es, pasa por mantenerla viva, es lo realmente importante del II Festival y Feria del Libro ARTE LIBRO de Santillana del Mar.

Para información sobre el Festival de Santillana del Mar:
http://www.artpapelitaly.blogspot.com/