En
mi opinión, los artistas gráficos que hemos encontrado en la imprenta artesanal
un nuevo lenguaje expresivo, andamos inmersos en la búsqueda de vías
catalizadoras de esta necesidad. Utilizando cada uno los medios con los que se
siente más cómodo: tipos de plomo o madera, talla en madera, linoleo, fotopolímero,
clichés de magnesio, prensas verticales u horizontales, manuales o mecanizadas…
variables todas ellas tan válidas como útiles.
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HAP Grieshaber |
Asimismo,
no he encontrado yo diferencias sustanciales entre quienes realizan sus obras
con un fin directamente comercial, con respecto a los que crean obras
artísticas en si mismas, pues en ambos casos son realizadas para la
contemplación, el disfrute y la reflexión. A la mayoría nos gustaría hacerlo
desde de la genialidad, pero en la imprenta artesanal, como en la pintura, la
escultura, serigrafía o el grabado, es este un espacio reservado a unos pocos.
Para los demás, yo recomiendo tener los ojos bien abiertos, tomando de aquí y de
allí lo que buenamente pueda cada uno para ir creando su personal discurso
gráfico.
En
el idioma español existen verbos muy interesantes, no solo por su significado,
sino la forma en que su aplicación puede influir en nuestra vida diaria haciéndonos
mejores personas. Me estoy refiriendo a COMPARTIR, pues además de significar repartir, dividir o distribuir algo en
partes (acepción esta que sería muy conveniente que la aplicaran con pasión
los políticos y sobre todo los banqueros) tiene otra, que es la que a mi me
interesa, que se refiere a participar en algo.
Los
impresores e impresoras artesanales queremos dar a conocer nuestro arte, compartiéndolo
con los demás y haciendo partícipes al resto, de nuestros propios
descubrimientos, de manera generosa y altruista, por el simple placer de
compartir. Además, estos descubrimientos logran que, inesperadamente, crezcamos
artísticamente.
El
descubrimiento de la obra de
Nicolaas Werkman (1882-1945), gracias al trabajo
desarrollado por
Jesús Morentin en
BunkerType, me hizo reflexionar sobre aquellos impresores centroeuropeos que encontraron en
la tipografía el medio idóneo para realizar verdaderas obras de arte. Este
artista, como si de la madeja de Ariadne se tratara, me ayudó a penetrar en los
secretos laberintos del arte tipográfico y conocer a otros maestros impresores en
los que fijar mi atención y curiosidad.
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Colección de Emilio Sdun |
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Colección de Emilio Sdun |
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Colección de Emilio Sdun |
Tener
por amigo a
Emilio Sdun en algo ayuda, la verdad, pues él es uno de ellos y su
formación, tanto tipográfica como artística en Alemania, favoreció que tomara
contacto con una escuela o corriente tipográfica para mi desconocida. A finales
del año 2012 lo visité junto a mi hermano
Manuel Vela en el taller que tiene en
Guazamara (Almería) y fue nombrar a Werkman, a quién él conocía a fondo, para
que inmediatamente me recomendara conocer algo más de otros grandes impresores
artesanales centroeuropeos como
Helmut Andreas Paul Grieshaber
(1909-1981) o
Josua Reichert (1937), el
segundo discípulo del primero. HAP Grieshaber fue un increíble xilógrafo que
imprimía su obra tanto en prensas tipográficas manuales como en plano
cilíndricas, siendo Josua Reichert un reconocido poeta e impresor que realiza sugerentes
poesías visuales algo que, dada mi doble condición de poeta/impresor, siempre
me ha apasionado. Reichert tiene una poesía con la misma fuerza que la
elaborada por el admirado Joan Brossa, pero con el interés añadido de que la de
Josua está impresa por él mismo, lo que aporta a su trabajo un deslumbrante
interés personal. Está claro que hay que descubrir/conocer su obra.
Lo
emocionante de todos estos nuevos descubrimientos es que, de repente, comienzo
a manejar las herramientas adecuadas para “comprender” determinados discursos
tipográficos que hasta ahora permanecían encriptados para mi. ¡¡Genial!!
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HAP Grieshaber |
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Frase atribuida a Grieshaber |
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